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¿Es eficaz comprar seguidores "reales" en Instagram?

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Para quien se dedique a las redes sociales como marca personal o como modo de publicitar su empresa, los seguidores, likes e interacciones son muy valiosos. Si bien es cierto que lo idóneo sería que una cuenta creciese de manera espontánea y sin intervención alguna, la realidad es que, como tantas personas utilizan Instagram para su negocio, se han desarrollado herramientas para poder empujar ese crecimiento de seguidores. 

Los seguidores irreales

Este crecimiento no siempre es real en cuanto a la identidad de las personas que se encuentran tras él. Como primera solución para incrementar el alcancede la cuenta se optó por centrarse tan solo en el acto del crecimiento de seguidores. Se hizo de manera mecánica, reduciendo las personas que se encuentran tras las cuentas a simples números. Ignorando cuál es la verdadera naturaleza de las redes sociales y su lado más natural y humano. Esto respondería de alguna manera a la diferencia entre un seguidor real y no real. Porque, ¿hasta qué punto es verídico que la subida de un número más en el apartado de seguidores se traduce, verdaderamente, en un follower?

El primer paso, como decíamos, fue crear cuentas falsas cuyo único objetivo en la red social era seguir a otras cuentas e interactuar con ellas. Son los llamados bots, cuentas que no se corresponden con una sola persona y que no dan un uso real a la red social. La creación de estas cuentas, por supuesto, está en contra de las normas de Instagram, quien entiende que cada usuario se corresponde con una única persona (y viceversa). En su defecto, también se admite la posibilidad de que una persona pueda tener varias cuentas si estas son profesionales o si son negocios

Por ello, Instagram bloquea estos usuarios, elimina sus cuentas y, además, penaliza a los perfiles que se benefician de ello, pues considera que utilizarlo es incumplir también las normas. No se trata de sanciones económicas, sino de bloquear la cuenta por un tiempo o de manera permanente.  En resumen, aunque momentáneamente pueda resultar eficiente  tener bots, pues dan likes e incrementan el tráfico de interacciones en un perfil, con el tiempo acabarán desapareciendo. Cabe destacar, además, que son cuentas fácilmente identificables y que la imagen que proyectan de quien los compra es negativa y contraproducente. 

Las primeras personas perjudicadas por el uso de bots son los mismos compradores, pues las marcas rechazan por completo este tipo de tráfico y contenido. Independientemente de las normas, en un plano ético y moral, también resulta inapropiado crecer un perfil con seguidores irreales. La clave de los seguidores reales es que son personas a las que verdaderamente les gusta el perfil al que siguen, que son humanos tras una pantalla y no un número que  se suma a otros tantos en un perfil

Finalmente, el tiempo ha ido creando un camino cuyas bases germinan a partir del deseo de crecer de manera orgánica, real  y sin trampas. Es por ello que los esfuerzos económicos y personales que se invertían anteriormente en comprar bots, se dedican ahora a cuentas reales. Sin embargo, no han dejado de comprarse. ¿Se puede considerar que se compran los seguidores si lo que se paga es la mecánica para llegar a ellos?

Las nuevas estrategias se basan en forzar el acto real de descubrir un perfil y comenzar a seguirlo. En lugar de esperar a que un usuario conozca un perfil, pone este perfil en la aplicación del usuario para captar su atención. Todo ello utilizando las propias herramientas de Instagram y comprendiendo su algoritmo. Estamos, por ende, ante una estrategia de Inteligencia Artificial que conoce el engranaje de la aplicación y lo explota para incrementar la velocidad y la cantidad con la que se ganan seguidores. 

No han tardado en crearse empresas como Pathsocial o HypeAuditor que ofrecen planes personalizados y  mensuales para incrementar seguidores. Su metodología consiste, en primer lugar, en preguntar al cliente qué clase de público desea obtener, teniendo que especificar el target, la edad, la localización, etc. Una vez determinados los objetivos, estas empresas, que prometen resultados centenarios en una semana, guían al usuario en cuanto a horarios, hashtags, tipos de publicaciones y promueve el contenido entre los perfiles compatibles. Es ese público objetivo lo que convierte este mecanismo en eficaz, pues genera seguidores reales a los que verdaderamente gusta el contenido de la cuenta que siguen. 

Habría que dedicar, según estos negocios, una media de cuatro o cinco horas al día para conseguir los resultados que ofrecen. Por lo que, ya solo en cuanto a la economía del tiempo, esta práctica resulta rentable. Aumenta las tasas de interacción, el número de seguidores y mejora la posición de la cuenta que la lleva a cabo sin violar los términos y condiciones de la aplicación. Es, en definitiva, una aceleración del proceso lo que se compra, no los seguidores como tal. Debemos tener en cuenta, además, el gran número de cuentas que hay en Instagram, y lo difícil que resulta hacerse notar entre ellas aunque exista un público objetivo al que querer dirigirse. 

Otras estrategias como la automatización y el spam, diferentes a los bots, tampoco resultan eficientes pues generan rechazo en quien recibe las notificaciones. Es importante mantener siempre presente la idea de que quien lleva a cabo todas estas estrategias está exportando una imagen propia, y esta puede llegar a ser contraproducente. Mantener presente siempre que el seguimiento en redes sociales no debe resultar forzado es fundamental. Se trata de generar una relación entre dos personas de manera telemática y, al igual que en la vida real, recibir estímulos solicitando ese contacto constantemente genera el efecto contrario. 

Las marcas, por su parte, valoran de manera muy positiva la calidad de los seguidores. Por lo tanto, si el objetivo por el que quieres hacer crecer tus seguidos es para atraerlas, está claro que es una muy buena táctica. Se compra, como decíamos, el proceso, la segmentación de las cuentas en el perfil de los objetivos, pero la realidad es que finalmente los alcanzados resultan conformes con sus hallazgos 

Es fundamental que la persona que rige una cuenta, sobre todo si esta es profesional, se preocupe por la naturaleza de sus followers, pues son una extensión de la propia empresa. Podrían entenderse como la parte por el todo, una metonimia. Por supuesto, no solo por evitar las sanciones, sino por crear un perfil de calidad que se traduce en un negocio de calidad.

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